La gran realidad detrás de esos sucesivos rechazos del 4 de septiembre de 2022 y del 17 de diciembre de 2023 es la enorme falta de confianza que el pueblo tiene en la clase política que rechaza casi totalmente. Después de muchos casos de corrupción de todo tipo, de mal gestión de los recursos y de varios escándalos se rompió la confianza. Entre otros, un gran actor del rechazo es el miedo a los extremos que, a nivel de las élites, actúan como polarizadores. Una gran preocupación en Chile es que la Constitución vigente es la del dictador aprobada en 1980.

Si las élites votaron siguiendo convicciones bien definidas y si su voto dependió del proyecto pero que ambos proyectos se rechazaron fue porque en las clases populares la obligación a votar incitó a ir en contra de las propuestas más que otra cosa. Resulta más peligroso votar a favor de un proyecto que puede hacer su vida aún más difícil cuando no tienen tiempo para informarse. Además, las informaciones que se pueden obtener contienen un sesgo muy a menudo.

Un gran error consistiría en considerar a las personas que no forman parte de una élite como un conjunto homogéneo. No es peligroso afirmar que las expectativas de gran parte de los chilenos eran diferentes a lo que se les propuso en los borradores.

Peligrosos son los de Pinochet. Así nombro a aquellos que escribieron (una mayoría, siendo 33 los consejeros de derechas sobre los 50 del Consejo Constitucional1) y apoyaron una Constitución peor que la del General. Una Constitución conservadora que además de validar las bases neoliberales de la del 1980 las acrecienta dándoles un poder mayor a los grandes empresarios y olvidando resolver los problemas que iniciaron el proyecto desde el Estallido2. El proyecto derechista no resolvía los problemas vinculados a la privatización de servicios primordiales como la educación, la salud o las pensiones e incluso intentaba hacer regresar la ley en términos de derechos de las mujeres a no ser muy paritaria y poner en cuestión el derecho al aborto por ejemplo.

Es absurdo afirmar que la gente decidió quedarse con la de Pinochet sin matizar cuando el referéndum sobre un cambio de Constitución de 2019 obtuvo casi el 80% de los votos “SÍ”. Las razones son mucho más profundas y complejas. El miedo a los extremos se manifestó muy temprano: en 2017, para las elecciones el 55% de la población se ubicaba en el centro y en 2021 fue el 66%, en este sentido aparece más claro el rechazo a dos borradores de Constitución ambos extremos en sus ideas. El proyecto de Constitución del 2022 era demasiado progresista y basado en una gestión mucho mayor por un Estado no del todo intervencionista por ser un laboratorio del neoliberalismo desde más de 40 años. El de 2023 era demasiado regresivo en un contexto de voluntad de cambio, demasiado vinculado a un pasado cuya herencia gran parte de los chilenos la quieren abandonar.

El miedo que les tengo a los de Pinochet remite también al hecho de que no sufrirán algo parecido al atentado del Cajón del Maipo porque la serpiente ha multiplicado sus cabezas. El hecho de que el Frente Patriótico Manuel Rodríguez(el movimiento armado que llevó a cabo el atentado) y la loca del frente3 ya no puedan hacer nada contra Augusto y Lucía me asusta. Que la serpiente se está comiendo, poco a poco, a Chile y al mundo entero, que los está envenenando es dramático. El veneno de la serpiente deja atrás la humanidad, la libertad, la igualdad, los valores básicos para reemplazarlos con la rentabilidad y el enriquecimiento de los ya más ricos. La serpiente tiene demasiadas encarnaciones, no deja de mudar. El Carlos Wieder de Bolaño que parecía marcar el fin de una época vuelve a aparecer hoy en día en todas partes del mundo (Chile incluido). Y ya no hacen falta los detectives, no se esconde, tiene un espacio privilegiado, sale a la luz sin vergüenza.

Es imposible entender el tema entero y tener una opinión clara sobre el rechazo de los dos proyectos constituyentes porque para esto habría que conocer las motivaciones de quienes rechazaron la primera y la segunda, quienes aceptaron ambas y quienes aceptaron una y rechazaron otra, habría que ver tendencias dentro de las personas que no se involucran en política. Pero pienso haber desarrollado aquí claves de lectura de este efecto de rechazo a los extremos y de rechazo a la política, de preocupaciones mucho más concretas.

Pienso que la falta de acuerdos entre los dos polos de las élites chilenas contribuyó a que estos textos no se apoyaran en el momento cuando se propusieron. Aunque me da pena que el texto del 2022 no hubiera sido aprobado, siento que un texto más consensual que mejorara la del 1980 sin ser demasiado progresista hubiera podido convencer a más gente y quizá ser aprobado. Pero eso solo el futuro lo confirmará, o no.

  1. El Consejo Constitucional es el organismo encargado de redactar el borrador de la Constitución. ↩︎
  2. Gran movimiento social entre octubre de 2019 y marzo de 2020 durante el cual se pidió un cambio claro en el Estado chileno. ↩︎
  3. La protagonista de Tengo miedo torero de Pedro Lemebel. ↩︎

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